Llego al local, y pronto "panchito" (por preservar su identidad) ya graduado de cocinero en el..., ha de llegar, y poco a poco goteaditos comienzan a entrar. Hoy es el día de Pasta Pesto y Tomates Rellenos de Egipto, día en el que preparamos almuerzo.
Nuestra mesa da para que todo nos veamos a la cara y podamos conversar con agrado, nos saludamos, abrimos nuestros recetarios y es así como comenzamos a hablar de ingredientes, y los experimentos del día, a enlazarlos con los de la clase pasada y recordamos que la razón por la cual, en este mes, estamos trabajando sobre recetas de otros países, es porque ello nos permite reconocer aquellos ingredientes que se encuentran presente en nuestras propias comidas, así, encontramos el perejil en nuestros platos venezolanos como también en aquel tomate relleno de Egipto, pero esta vez acompañado de forma distinta, tan distinta a la que estamos acostumbrados, que resalata en nuestro paladar y con nombre de perejil en nuestra memoria lo comenzamos a guardar y sobre nuestra identidad, personal y social asentar y conscientizar.
Nuestro grupo es una mezcla, una mezcla de niños callados, niños conversadores, reservados, tímidos y todos, todos de alguna forma con muchas ganas de disfrutar, y por qué no de aprender a socializar, es así como la mayor parte de la clase del día transcurre entre chistes, y nombres personalizados a los tomates, mientras hablamos y comparamos el trigo. Disponíamos de dos tipos de trigo partido, el N°1, el más partido, y el N° 3 un grano "más completo", comenzamos a ver lo que es el proceso de hidratación comparando la diferencia entre los dos y recordando, todo aquello que habíamos hablado y dibujado en la pizarra y recetarios, la semana pasada cuando nos aventábamos a hacer un pan de Finlandia.
Entonces, en aquel sábado en el que preparábamos desayuno, jugamos con la harina, la amasamos y de ella pan sacamos. En el camino, mientras al pan le dábamos algo de descanso, dibujamos un grano de trigo y sus partes, las proteínas y hablamos del desarrollo del gluten, lavamos un poquito de nuestra masa, hasta y vimos que parecía chícle y así con el gluten nos familiarizamos. Mientras que este sábado con nuestro Tomate de Egipto, teníamos el trigo en vivo, esta vez partido. Indudablemente, la experimentación halló su rincón en todo este proceso de cocción.
.Ayer, sábado 29 de Enero, era un día de comparar ingredientes, de conocerlos por dentro y por fuera, sabor, olor y textura, es así como también comparamos y hablamos de los distintos tipos de pasta, pasta al huevo, pasta "normal", pasta integral, y si el tiempo nos lo permitía nos ibamos a aventar a hacer nuestra propia masa de pasta. Pero entre tanto picar, y aprender a blanquear las hojas de albahaca para el pesto que íbamos a preparar, no nos dió chance de amasar.
En el camino, hablamos de las grasas, saturadas, insaturadas y polinsaturadas y conocimos los beneficios del aceite de oliva y el aceite de canola, y su aporte de ácidos omega 3 y 9.
Es así, como viendo de qué están hechos los ingredientes, hidratando trigo y deshidaratando un poco el tomate, comparando pastas, aceites, en los que estuvimos trabajando sobre el desarrollo del pensamiento científico, delas diferencias sutieles que los identifican, que nos identifican, aprendiendo también del valor de nuestro esmero, que aquello que hacían suponía de tiempo y esfuerzo, y si ello solo lo hacían para salir corriendo igual su tiempo se les iba yendo con su esfuerzo, el valor del detalle, picaron, picaron y picaron, y por suerte, fue poco lo que con la cebolla lloraron.
Trabajamos un poco en la presentación y con ello la forma de pensar en el otro, como lo verá el otro, como lo recibirá el otro, cómo hago para que les guste este nuevo tomate.
Sin excepción pasta integral y al huevo probaron, y como si nada se la llevaron, pensaron, sumaron, restaron, organizaron, limpiaron, de todo hicieron y a su casa la comida se llevaron con el grato placer de lo que lograron mientras también nuevos amigos desarrollaron, su autoestima ejercitaron.