Estimulando lo Humano en el comer, Cocinar: el disfrute, la posibilidad de crear, descubrir y aportar.
Ante la pregunta: ¿Es el consumo excesivo de comida chatarra en nuestros niños y adolescentes dependencia o falta de disciplina?. Debo comenzar por decir que si bien es cierto, que existen padres extremadamente complacientes y que desean salir del paso, de la queja, y la pataleta que pueden montar los muchachos, no podemos dejar de lado que hoy en día intervienen muchas variables, desde las biológicas o médicas, psicológicas y más entre ellas está el ritmo ajetreado y exigente que llevan los padres en la cotidianidad, el agotamiento que este conlleva puede llegar al punto de que se les agoten las ideas culinarias y hace mucho más difícil aún tomarse el tiempo de preparar una buena comida en casa.
Como profesional, me corresponde pensar un poco más allá de lo evidente, del deber ser, de lo que se supone deben hacer los padres e intentar buscar vías que más que promover el cambio, promuevan la evolución y el desarrollo de una vida digna, y así abrirle espacio las posibilidades al hecho, de que si bien el comer sano es una necesidad, también es una posibilidad de disfrute, de la cual solo tenemos el privilegio de gozar los seres humanos y no los animales. ¡Cocinar es humano!
Así al hablar de los hábitos alimenticios de los muchachos, resulta favorable intentar pensar en sus padres, sus creencias, sus gustos y posibilidades, y entonces comenzar a comentarles que el comer, no es solo una necesidad es una posibilidad de disfrutar, que nos invita a mover el músculo de la voluntad, pensando, quizá soñando con algo que queramos probar, algo que queramos saber.
Así como hoy en día existen posibilidades de saber qué es sano, también existen los conocimientos que nos permiten hacer posible nuestros gustos, ahí podemos hablar de algunas combinaciones a la hora de preparar la comida y lo fascinante que puede llegar a ser descubrir el mundo que está detrás de comer, el cocinar.
Para nuestros muchachos, lejos de obligarlos a comer sano podemos invitarlos para que poco a poco, como seres humanos, se vallan haciendo autónomos aprendiendo a tomar decisiones bajo el conocimiento ajustado a su edad, comiencen a pensar, sentir y darse cuenta de lo que hacen, que no solo coman lo que se les antoja o lo que se les ofrece y sino que comiencen a mover el musculo de la voluntad a través de promover la curiosidad y participación. ¿Qué mejor forma que hacerse consciente de lo que comen que aprendiendo a cocinar?, qué mejor forma de crear alternativas de comida que aprendiendo y disfrutando del prepararlas, conociendo a los ingredientes, aprendiendo a cocinarlos, viviendo lo que sucede cuando se combinan, la razón de las recetas, lo que sucede cuando no se siguen, y así la razón de las normas y las indicaciones médicas, etc.
Más allá de decir lo que no se puede hacer, lo malo, se trata de abrir las opciones de lo que sí se puede hacer, y cómo se puede hacer. Entre esas las combinaciones de los alimentos que resultan favorables y nos permiten disfrutar sin remordimiento de nuestros antojos.
1. Pensar que más allá de que como padres lo debemos hacer todo, saber que nuestros hijos pueden aprender a participar y colaborar.
2. Darle la posibilidad a los hijos de aprender, si teme que su hijo se haga daño en una cocina, permita que un experto los acompañe y les ayude para comenzar a disfrutar en familia de cocinar.
3. Abrir el espacio para comer, en una mesa, en un momento.
4. Abrir el espacio para disfrutar y apreciar la comida,
5. No esperemos a morirnos de hambre para comer, es preferible varias comidas al día.
6. No espere ni desee que el hijo coma bien hoy, disfrute ud. de encaminarse hasta allá.
7. Abrirle espacio a los hijos a actividades y comidas fuera de casa y con otras personas, campamentos en los que se quedan a dormir. Dormir fuera de casa, en casa de amigos o familiares siempre resultan una buena invitación para aprender algo nuevo.
8. DISFRUTE UD. DE UN BUEN COMER y su HIJO COMENZARÁ A QUERER SER COMO UD.
9. No pretenda cambiar los hábitos de un día para otro, evolucione poco a poco.
10. No quite alimentos, incluya nuevos.
11. La cocina no es solo un deber también es placer.
12. Siempre pregúntese qué quiere, aunque no tenga respuesta o tiempo para ello.
13. No dude en consultar a un profesional, un equipo interdisciplinario siempre puede ayudar.
Psicóloga de profesión y pastelera de corazón
Developer:
Anabella Barrios Matthies
Psicólogo Clínico – Máster en Familia
Psicoterapeuta de niños y adultos
cel: 0412-241.89.68
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