martes, 12 de octubre de 2010

Comentario Íntimo

Entre ud y yo: así comienza, así comienza lo que hoy les voy a dejar por aquí. Pero antes que nada!, Cómo están Amigos?  Cómo los van tratando los días?  Cómo va todo?

    Hoy los quiero dejar con algo que albergo en mi corazón, quizá no le vean lo culinario, pero pronto, muy pronto quizá con otro texto comiencen a verle el queso a la tostada que les estoy preparando!  Aquello que reservo y hoy deseo compartir con ustedes es ese amor, esa gente, gente que ha amado la vida, que con su estilo de vivir, de afrontar el día, de soñar, de trabajar, con su forma de ser, sin mucho más que eso: ser, salpicaron mi alma de amor y me dieron suficiente color como para diseñar mi vida, para hacerme cargo, responsable y estar agradecida por la oportunidad y los desafíos que ello implica.

Son muchas las personas que sin darse cuenta y sin darnos cuenta salpican nuestra vida con chispitas de buena vibra, entre esas, hoy deseo destacar a F. Roland Matthies A, alemán nacido en Hamburgo en 1915, de padre judío, quien en un momento para los alemanes era Judio y para los Judios era alemán, "atrapado entre dos bandos" salió de su tierra natal hasta llegar a estas costas cálidas, simpáticas.  Entonces las vueltas de la vida apenas comenzaban para él, pasado un tiempo de su arribo, Venezuela le declaró la guerra a Alemania, lo que implicó que fuese a parar directo a la lista negra sin derecho al trabajo, sin derecho a ganarse la vida.

Entre una y otra cosa, los Chinos sembraban hortalizas en la Carlota y ahí fué a parar, los cuentos relatan que los chinos le llevaban  una morena, siguió adelante y para acortar el trecho, la vida siguió dando vueltas, y él trabajando hasta llegar a  fundar Seguros Caracas y ser su Gerente General durante décadas, llevándola a un puesto realmente prestigioso a nivel Nacional y Latino Americano.

Más allá de su carrera profesional, lo que hoy corre por mis venas  bombeado por mi corazón, es que  Roland Matthies A. es un hombre que se comprometió con la vida y no hubo hambre, no hubo guerra que corrompiera su alma, que lo separara de ser fiel a sí mismo, a sus ideales y deseos de bienestar familiar y social producto del  crecimiento, del cultivo como ser humano.

En mi travesía de ser psicóloga (alemana) y hacerme cocinera (venezolana), y forjar este camino de mezcla, ha sido mucho el terreno que me ha tocado arar y el barro en el que me ha tocado bañar.  En mi quehacer me encuentro de frente con la obstinación, el inevitablemente estar determinada a seguir adelante atendiendo a cada detalle y esculpiendo cada ladrillo de este sueño transformado poco a poco en el hecho, de poder ofrecer un espacio en el que grandes y chicos se diviertan y aprendan, se preparen para las vueltas que da la vida y disfruten de bailar con ella, con sus mañas, sus antojos e imprevistos.

Los dejo con un breve texto, escrito por alguien con experiencia y éxito en eso de agarrarle el tumbado a la vida, F Roland Matthies A, mi abuelo, en su libro Su Majestad el Tiempo (1985), entre capítulos escribió aquello que denominó:

"Comentario Íntimo.
Entre Ud. y yo. Ayer fue día de fiesta. Ayer tuve visita en casa. Llegó de sorpresa un grupo de buenos amigos. Se quedaron por horas, en magnífica compañía y en la más agradable conversación.  Hablamos de todo: de la política, de la suegra, del deporte, del tiempo, del mundo, del acá y del allá.  Fueron palabras sueltas, sembradas al viento, sin rumbo, sin destino, sin finalidad más allá del goce de pasar un buen rato.  Nos reímos, nos entretuvimos, oímos un poco de música. ¿De qué hablamos? En verdad, no lo sé.  Fue descanso humano, descanso al fin, entre seres amigos en pacífica reunión.
Repito: fue día de fiesta el de ayer.  El de hoy es de trabajo.  Trabajo y fiesta.  Fiesta y Trabajo.  Así es la vida.
Volvamos pues, al trabajo."

   Se les quiere,
      Anabella

2 comentarios:

  1. Hola Anabella, conoci mucho a tu abuelo y mantengo gran admiración por el. Me regalo su libro cuando lo publico y me causo un gran impacto a pesar que en 1985, cuando aun era joven, el tiempo no era tan importante como hoy. Desafortunadamente traspapele el libro y hoy que lo necesito mas que nunca no encuentro en ejemplar.
    Si me puedes ayudar, por favor contactame en apureno@yahoo.com.
    Muchas Gracias, Alvaro.

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  2. He leído con mucho entusiasmo esta columna, también soy aficionado a la cocina, mis hijos (2 mujeres y 1 hombre) además de mi esposa, unidos a todos quienes han probado mis platos, insisten en que me dedique a cocinar profesionalmente, pero lo hago con mucho cariño solo para mis seres queridos.
    Mi nombre es Daniel Matthies, mi abuelo también judío que llegó a Chile proveniente de Alemania. Es el único dato que manejo, me interesaría conocer la historia de esta familia que se vino a América, ¿por que? Lo ignoró, sería interesante descubrir esa parte de la historia de nuestras familias.
    Un saludo fraterno y afectuoso

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