martes, 3 de agosto de 2010

De atrás para adelante, les cuento de nuestro día de taller

   ...Cómo están Amigos?   Cómo estuvo su día?

       ...El mío, junto a ustedes estuvo genial, es divino recorrer el día y tenerlos en él, y más aún visitar nuevos sitios, encontrarme con gente y tenerlos presente para contarles o para llevarles algo nuevo que haya aprendido. Así, hace un ratito llegué del bautizo del libro de Rafael Cartay, Entre Gustos y Sabores.  Costumbres Grastronómcas de Venezuela.  Libro Hermoso, que traigo autografiado con un sello que es una invitación al trabajo y compromiso, quizá de escribir un libro, cito:"Para Anabella, afectuosamente, con la esperanza de que nos escriba el libro de cocina de los niños".  Una esperanza que también albergo dentro de mi corazón, el viernes les llevo el libro para que lo vean, es hermoso!.

   Además de Rafael, a quién le guardo mucho cariño y estima, encontré gente linda, de esa que está en esta ciudad y de alguna forma nos reafirman en el pensar, de que que hay personas buenas, bonitas de quién aprender y agradecer poder conocer. Así me tropecé con el Chef Edgar Leal, a quién me atreví saludar y comentar mi admiración, le comenté que años atrás me había dado pena acercarme a felicitarlo por una presentación y que lo que presentó en ella me había resultado muy útil en mí trabajo, entonces realmente fue generoso y se lo dejé saber. Total que sin pensarlo dos veces, me dijo que cuando quisiera él grababa la presentación en un pendrive, que simplemente pasara por la oficina cuando quisiera. Tan llano, simple y sencillo como eso!!!.  Eso es lo que me hace sentir amor por la cocina y su gente, la GENTE que me he encontrado en ella. Que honor, que lección de vida que le digan a uno, ¿Te gusta? Té sirve? es tuya!!!  Y así son las cosas, afinemos el ojo para lo bueno, y lo encontraremos!!!

Y hoy, hoy mis queridos muchachos, que bien trabajaron, queeeee bueeeeenos quedaron esos nuggets de pollo al horno, la ensalada y el arroz, lo único malo fué que no le dejamos nada a los papás, disculpen ustedes, pero es que estaba demasiado bueno, taan bueno que no alcanzamos a dejarles todo lo que merecen.

Trabajaron buenísimo, al igual que ayer.  Hoy, nuestro reto parecía encubierto, y estaba entre nuestros compañeros, con una gran pregunta: ¿Cómo hacemos cuando el mundo nos queda chiquitos, cuando nuestra inteligencia nos lleva a aburrirnos con lo que tenemos y despierta nuestros pies y mentes inquietas por algo más, por ir más allá?.  ¿Cómo vivir en armonía con los otros y con las normas sin que eso implique dejar por fuera nuestra curiosidad y capacidad para aprender mucho más, para crecer?, ¿Cómo aprender más sin que eso irrumpa con el ritmo de nuestros compañeros?.  Preguntas que entre una y otra cosa, ustedes compartieron conmigo junto con el natural momento de recreo en el que entre niñas y varones intentaban jugar; en una época de transición en el que la novedad y el desconocimiento los puede llevar a ser inapropiados, torpes, a transgredir límites, o exponerse en demasía a un tortazo jugando eres; aveces , a sentirse indefensos  y a requerir que el adulto intervenga y en eso tuvimos suerte, pues con simplemente poner las reglas claras, no culpar al uno u al otro, sino asumir la responsabilidad de parte y parte (ser justo), cada quién supo que lugar jugar, y encontró que la diversión en sus manos podía estar, cómo se ganaba y cómo se perdía, un trabajo de todos los días con el que hallaron los beneficios de los límites, que nos dejan saber hasta donde sí y hasta donde no, y así nos permite enterarnos cómo agradamos y cómo desagradamos.  Los límites, hallar la distancia segura, y darnos cuenta que podemos estar algo más cerca.  Una vez más, el derecho al disfrute, teniendo bien presente que siempre se puede cuando este no implique dañar a alguien o algo, desarrollando aliados, equipo y no bandos!
   Un gran abrazo, se les quiere
           anabella

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