viernes, 13 de agosto de 2010

Una semana, una expereiencia en tres texturas!

Por donde comenzar?  Mis queridos muchachos!   Cómo están?

   ...Compartir, vivir esta semana con ustedes realmente ha sido una experiencia exquisita, distinta, genial!.  Es increible como cada persona hace la diferencia, hace al grupo, hace la experiencia.

   Una semana, que divina!. Primera Textura: lo que hicimos. Granola, Hambuerguesa de Pavo, Ensalada de Berro con Tomate, Queso de Cabra y Vinagreta de Naranja. Con Amelia y René al mando, pasearon por Thailandia, hicieron un Satay de Pollo y Ensalada de Lechosa Verde; Yogurt, Letras de Pretzel, Chocolate Caliente, Brownies, un bojote de cosas ...

Mucho más allá del menú, han sido un grupo que ha aprovechado el momento, el ingrediente hasta más no poder, y así, decidieron hacer dulce de lechosa porque les había sobrado de la ensalada, pie de limón, porque por el sienten devoción, cocada, porque de Thailandia volaron para la Guaira, yogurt, porque la vinagreta era sin mayonesa, y un salteado de algo, huevo, champiñones, ajoporro, cebolla, porque lo encontraron refirgerado y para algo tenía que ser usado. Y así incorporamos una segunda textura: lo que experimentamos

   ¡Ustedes hicieron de todo!, increible!.  Y parece ser tan importante que haya días en que compartan más con René y Amelia, experimenten en mi ausencia. Y debo dejar colar aquí, lo mas sabroso de partir es poder volver y cuando regreso, sorpresa!.   Y ha sido eso lo que me ha llevado a embelesarme, admirar el don y el quehacer del cocinero, el uso que hace de la ausencia, el que me conduce a apreciar, disfrutar amar lo que hace al cocinero, su esencia, esa natural inclinación a aprovechar y disfrutar la falta, hacerse ejecutor de la magia de transformar la dificultad una oportunidad de vida, para crear, para llenar...
Desde donde logro vislumbrar el cocinero se engrandece, se hace y crece por la falta de aquello que un día estuvo y ahora le ofrece al comensal.


La tercera textura: la suavidad de la generosidad. La ausencia para él redunda en la posibilidad de volverlo a despertar, generar; y así cuando alguien a quien quiere, un ingrediente, una sensación no está, su mente se pone indagar, escudriñar, buscar, inventar, probar, ensayar y algo de vuelta logra crear, entregar.  El hacerse un buen cocinero, es el atrevimiento, la aventura de descubrir, intentar, en momentos equivocarse, caerse, volverse a levantar, perseverar y crear, es para mí la más admirable, hermosa y humilde (dura) forma que he encontrado, en la que alguien escoge la conquista de la posibilidad de amar el mundo y respetuosamente, aprender las reglas del "juego" de la vida y con honestidad ganarse un puesto en ella, manteniéndose fiel a sí mismo.

La verdad es que todo les quedó tan rico, que escribir y hablar está de más, simple y llanamente LOS QUIERO! Gracias por haber estado esta semana con nosotros en el Taller de psi-cocinA, Gracias por haberlo aprovechado y disfrutado, gracias por existir y permitirme compartir todo aquello que he ido cultivado y recolectando en los sitios más queridos que he conseguido, Gracias por recibir con Ilusión aquellos platos de degustación que les traje del comedor del ICC, por leer y sentir hambre al ver el libro de Rafael Cartay, por querer hacer,  por ser.  Los quiero!

    anabella

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